MEDIACIÓN FAMILIAR Y DE PAREJA
¿Tienes un conflicto con tu pareja y no llegáis a un acuerdo? ¿Hay personas mayores en tu familia que necesitan cuidado y no conseguís poneros de acuerdo? ¿Habéis decidido acordar la custodia y los demás regímenes del matrimonio y queréis evitar el juicio?
Tanto si quieres preservar una relación como romperla de la manera menos perjudicial y dolorosa para las partes involucradas, acudir a mediación familiar puede resultarte muy beneficioso.
Es un proceso en el cual las partes envueltas en un conflicto intentan resolverlo mediante la negociación con ayuda de un mediador imparcial, que ayuda a las personas que se encuentran en este proceso a encontrar una solución construida por las partes y que sea beneficiosa para ambas.
El pasado mes de diciembre de 2020, el gobierno anunció que, para impulsar la resolución de conflictos fuera de los juzgados y descargar la administración de Justicia, se hará obligatoria la sesión de Mediación antes acudir a los Tribunales. Lee la noticia completa aquí: https://lnkd.in/dAepC48
Beneficios de acudir a un proceso de Mediación
Mejorar relaciones
Limitar consecuencias negativas para los hijos
Asumir responsabilidades todas las partes
Ajustar acuerdos
Evitar sentimientos ganador/perdedor
Flexibilidad y colaboración ante los cambios
Disminuir coste afectivo, económico y temporal
Alto grado cumplimiento resoluciones judiciales
Disminuir tensiones
¿Cómo es un proceso de Mediación?
Se divide en tres etapas: sesión informativa, mediación y firma de acuerdos.
Sesión Informativa: primera toma de contacto entre mediador y mediado. Se valora la viabilidad del proceso de mediación, los objetivos que se persiguen, su duración aproximada, etc. De igual forma se solventan todas las dudas que puedan surgir a los futuros mediados.
Mediación: proceso en sí de resolución del conflicto entre dos o más personas con la ayuda del mediador.
Firma de acuerdos: Una vez llegado a un consenso sobre todos los puntos de discrepancia, se redacta un primer borrador con el objetivo de que las partes puedan consultar con sus respectivos abogados.
Los acuerdos alcanzados deben ser realistas, realizables, conscientes y fruto del consentimiento de ambas partes.
Una vez consensuado los acuerdos obtenidos, se plasmarán en un documento firmado tanto por las partes como por el mediador que tendrá trascendencia legal.
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